28 septiembre 2015

Leche de almendra

Hay momentos en todos los aspectos de la vida en que una se siente especial.Y en mi cocina no iba a ser menos, verdad?. En ella siento que tengo el poder total.
Hoy encontré el tercer motivo por el que en la cocina me siento siempre feliz, y es que hay elaboraciones que son muy especiales, como por ejemplo el pan.Cuando hago mi propio pan es como algo mágico, todo su proceso lo es, el amasado, la fermentación, ese momento en el que vas a levantar con un cuidado el paño que lo cubre que casi ni respiras, para espiarlo y comprobar que todo va bien, el horneado, el llevarlo a mi mesa.Otro momentazo es la elaboración de las mermeladas, desde seleccionar con mimo las frutas, hasta el momento de llevarlo a los botes, hacer el vacío y disfrutarlo en mi mesa.
ues con la preparación de esta riquísima leche de almendras, me sucedió lo mismo, disfruté desde el minuto uno, en cada paso con ilusión y esmero.
El resultado fue excelente y es que servir en tu mesa la leche hecha por uno me hizo sentir una diosa absoluta.
Os la recomiendo.
Ingredientes

250 gr de almendras crudas
900 - 1000 ml de agua mineral
2 dátiles sin hueso
Vainilla en pasta, a gusto

*Necesitaremos un colador de tela, si no tenemos, con un colador fino y unas gasas.
*La cantidad de agua mineral a utilizar dependerá de la consistencia que os guste.

Elaboración

Pondremos en remojo las almendras durante unas 12 horas, las ponemos en un bote, las cubrimos de agua y cerramos.Ya pasado ese tiempo las colamos y secamos.
En una licuadora o procesador de alimentos vertemos las almendras, los dátiles, la pasta de vainilla y 400 ml de agua, trituramos hasta que tenga consistencia de puré, al que le añadiremos el agua restante, seguimos batiendo hasta que estén los ingredientes bien integrados.
Colamos el preparado, presionando bien la pasta de almendras, para escurrir al máximo la leche.
La embotellamos y conservamos en la nevera.
En mi caso la dejé reposar de un día para el otro, para potenciar aún más su sabor y consistencia.
En el momento de consumirla tendremos que agitar la botella.


Conservaremos la pasta de almendra, como veis en la foto de abajo queda así tal cual, y aún más rica que la comprada puesto que tiene ese toque de vainilla, y el dulzor que le aporta el dátil.
Nos servirá para elaborar cualquier postre que nos guste, yo hice unas galletas que os enseñaré.
Solo tendremos que dejar que la pasta que pierda la humedad, sale casi seca después de escurrir la leche, la guardamos en un tupper cerrado en el frigorífico.

Solo me resta decirle que la probéis, es tan, tan rica, que me sorprendió, las leches vegetales compradas no me gustan, y ahora no puedo consumir lácteos, así que la hice por probar y estoy muy satisfecha del resultado.
Es una leche tan rica que fresca, a temperatura ambiente está ideal, pero estos días en que las temperaturas van bajando, calentita  y llevársela a la cama es una gozada.

5 comentarios:

  1. Maravillosa receta! Yo me siento como tu, la cocina saca lo mejor de mi por eso termine dedicándome a ello y ahora trabajo en un restaurante, mucha gente me dice que si no me cansa pasarme el día cocinando pero no, es una forma de sentirme bien, me encanta. Me llevo esta estupenda receta

    Un abrazo

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  2. Gracias por la receta. Las fotos son preciosas.
    Un abrazo, Clara.

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  3. Hace tiempo que quería hacer leche de almendras, gracias por tu receta, ahora no tengo excusas. Nada como lo hecho en casa!! Besos

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  4. Gracias por la receta, me ha encantado y como dices....tiene que ser increíble servir en la mesa leche elaborada por una misma! bss

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Cariños